El rebelde se expresa

¿Por qué será que la mujer buena siempre es asechada?; éste se ha convertido en el paradigma habitual de toda telenovela mexicana, una marca registrada de las producciones audiovisuales de ese país. La bella fémina, buena y educada, generalmente pobre, que no hace mal a nadie y a la que todos quieren y muchos otros envidian, cuyo camino está lleno de espinas y obstáculos que pueden resultar insuperables, pero que al final coge el valor para enfrentar a todos y termina casada con el joven rico y apuesto príncipe azul; pero por ser ésto una constante no quiere decir que el televidente se canse de ello, todo lo contrario: Lo pide con ansias.

Tango de 1919 cantado por Carlos Gardel.

Flor del Fango, obra del controvertido escritor colombiano José María Vargas Vila, nos muestra una situación similar, sólo que en este caso el final no resulta ser lo esperado, aunque todo, casi en absoluto, nos remonte a una de esas historias, porque lo que al parecer es un drama común con un desenlace obvio, termina siendo algo trágico. Esta novela cuenta la historia de Luisa, una joven y hermosa mujer bogotana de 17 años quien es huérfana de padre y cuya madre tiene trabajar lavando y planchando ropa ajena para poder sostener a su hija, que logra al fin a punta de esfuerzos y mucha dedicación y amor al estudio, terminar su ciclo escolar como normalista del gobierno, para que pocos días después de su graduación, una rica y prestante familia habitante de una enorme hacienda, solicitara una institutriz, y allí comienza su triste historia de acosos y humillaciones que termina lamentablemente en tragedia.

José María Vargas Vila, conocido popularmente como El Divino, nace en Santa Fe de Bogotá un 23 de julio de 1860 y muere en Barcelona el 23 de mayo de 1933. Su vida estuvo rodeada de escándalos debido a que no simpatizaba con las ideas políticas y religiosas ni con la moral ultra conservadora de su época, expresando todo su inconformismo por medio de la literatura, el medio de expresión quizá más importante del siglo XIX y principios del XX, ocasionándole así la excomunión de la iglesia y su exilio del país. La actividad literaria fue ardua y constante, no cesó de escribir hasta el final de sus días. Fue maestro de escuela antes de salir del país, y luego estuvo viviendo en Argentina, España, Estados Unidos y Venezuela, entre otros países. Por ser un personaje tan controvertido, se comenzaron a tejer alrededor de él diversos mitos sobre su personalidad como que era un aberrado sexual, que odiaba a las mujeres y que corrompía a los menores; lo cierto es que como casi toda su vida vivió fuera del país, el gran éxito alcanzado con sus libros y con toda su escritura se vino a conocer muy tarde aquí en Colombia su patria, además, su escritura poética y metafórica, muy disimulada en algunos casos y en otros totalmente sincera y escandalosa, hizo que no fuera gratuito que lo vetaran por mucho tiempo y que su literatura se prohibiera casi por medio siglo, ya que era una directa bofetada a la iglesia, por quien paradójicamente estuvo patrocinado. El Divino es aún extremadamente famoso y recordado en países del primer mundo un poco menos conservadores como los Estados Unidos, donde vivió y realizó gran parte de su labor.

Flor del Fango fue publicada por primera vez en París en 1895, pero una de sus últimas ediciones y quizá la más asequible, la publicó en marzo del 2002 El Pensador Editores. Esta novela rompe todo paradigma, es rebelde pero sugestiva; Vargas Vila deja ver en ella su visión pesimista de la sociedad, una sociedad que para él es todo menos justa, que condena sin escuchar, en la que prima la violencia sobre la razón, “donde se excluye al que es diferente”.